viernes, 24 de junio de 2016

OdiseaHomero


Penélope y sus pretendientes
Al leer el libro lo primero que llamó mi atención fueron las palabras que mencionan a Penélope, se le describe siempre en un estado de depresión y angustia por no tener noticias de su amado Ulises después de haber partido a la Guerra de Troya, sin saber si aún vive o si su destino habría terminado en manos de la Ker, lejos de su tierra, cargaba con el pesar de mantener a los pretendientes en su morada,  que abusando de su poder y de las promesas hechas por ella de casarse con alguno de ellos, encabezados por Antínoo se aprovechaban de todos los beneficios de su hogar, acabando con el patrimonio de Telémaco, su hijo, el que aún tiene la esperanza de que su padre, el rey de Ítaca, siga vivo, el mismo que se dirige en búsqueda de su padre gracias a la iluminación que Atenea le provee.
Telémaco con Méntor
 Al igual que Telémaco, un personaje que me conmovió mucho fue el de Atenea, la de los ojos claros, al leer sobre ella me gustaba pensarla como la protectora de Ulises, y creo que lo era, siempre abogando por el ante el poderoso Zeus, además de que en el libro siempre lo alienta y lo llena de valentía en cada lucha en la que participa Ulises, como la que tuvo con Escila y Caribdis, esta bestia que devoraba y quemaba con su agua hirviendo a todo aquel que pasara por sus mares, entonces Ulises tuvo que decidir entre sacrificar a unos cuantos de sus marineros o decidir si todos morirían tratando evitar a esta bestia.

Tengo que admitir que esperaba con ansias el momento en que Ulises llegara a su hogar y tomara venganza en contra de aquellos que profanaban su morada, pero las páginas del libro me atraparon en el momento en que uno de sus sirvientes más fieles le ayuda sin saber quién es, recibiéndolo en su hogar, propiciando a que se reúna con su hijo Telémaco. Y cuando por fin Ulises entra en su palacio como vagabundo y les llama perras a sus sirvientas admitiré que fue sorprendente, y más aún el momento en que comienza a tomar venganza en contra de aquellos que querían matar a su hijo y tomar posesión de Penélope y todos sus bienes.   

1 comentario:

  1. Muy bien, Fernanda. Ahora falta que los demás se animen y te lean...
    Cariños

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